Hemos empezado una rutina muy especial después del recreo y del aseo. ¡Hacemos masajes relajantes! Nos ponemos en pareja, sentado uno delante del otro. La seño pone un música tranquila y con nuestras manos damos un masajito a nuestro compañero o compañera. Es un momento muy especial y silencioso y ellos mismos y ellas me lo recuerdan antes de que se me olvide.
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